Y llegó la Primavera ....
Los árboles sacuden sus ramas dejando caer las últimas hojas secas
que el otoño dejó...
En este cambio de estación, dejemos nosotros también caer nuestras hojas secas,
nuestras culpas, nuestros miedos, nuestra falta de fe....
que ya no forman parte de este presente, sino que han quedado en el pasado.
Podrá quedar alguna hoja rebelde que no quiera desprenderse. No le demos importancia.
Al no darle poder a esa hoja, perderá fuerza y caerá sola.
Comienzan a abrirse los brotes frescos, las flores...
Démosle oportunidad a nuestros brotes que estuvieron latentes hasta ahora,
de poder abrirse en su totalidad. No nos guardemos nada..
Compartamos con el TODO esta energía amorosa que fluye.
Seamos las abejas transportadoras de este polen de AMOR
y partamos sin rumbo esparciéndolo por donde quiera que pasemos... sin prejuicios,
sin distinciones... a todos.
Abramos nuestro Corazón y dejemos que la Luz Divina nos ilumine el camino, iluminándolo
todo a nuestro paso....
Que sea como un faro para aquellos que se sienten perdidos en la oscuridad.
Sin importar en qué estación estemos, hagamos de cada día, de cada instante...
Abramos las ventanas....
Es muy placentero abrir las ventanas....
para ver un día soleado,
para aspirar el aire,
para disfrutar del paisaje que nos rodea,
para ver una noche estrellada...
Pongámonos por un momento fuera de nosotros,
y animémonos a abrir la ventana que mira hacia nuestro interior...
hacia lo más profundo de nuestro Ser.
Descubramos ese Sol luminoso, eterno, inconsumible....
dejemos que su luz todo lo cubra.
Respiremos el Amor que está presente en nosotros....
dejémoslo salir, compartiéndolo con todo y con todos.
Formemos un puente que nos permita mantener estas ventanas abiertas.
Para crear una eterna comunión entre lo exterior y lo interior.
Así aprenderemos a reconocer hasta en la más infima gota de rocío,
hasta en el más leve soplar del viento....
nuestra Presencia expandiéndose...
el Todo al que pertenecemos, manifestándose.
Nuestra visión del pasado...
Tenemos conciencia de la cantidad de veces que miramos hacia atrás para tomar alguna decisión?
El pasado marca una huella en nuestro ego, en nuestra personalidad...
Pero para nuestro Ser, para nuestra Esencia, todo transcurre en un Eterno Presente.
No hay pasado ni futuro, sólo existe este instante.
Por eso, debemos imaginarnos a esa huella como una pisada en la arena, a la orilla del mar, que puede ser fácilmente borrada con la primer ola que la cubra.
Todo lo que vivimos en el pasado ha contribuído a que lleguemos a este presente. Han sido experiencias que se fueron desarrollando en el momento indicado. Experiencias necesarias para llegar a este presente.
Tendemos a actuar en el presente en base a situaciones que protagonizamos en el pasado.
Reaccionamos teniendo en cuenta situaciones pasadas. Juzgamos a los demás basándonos en sus actos pasados.
Debemos aprender a ver cada momento, cada situación, como algo nuevo.
Despojado de las ataduras del pasado, envuelto en el Amor del presente...
Por supuesto que no es fácil dejar de mirar hacia atrás. Pero sería bueno comenzar, poniéndonos en el rol de observadores, y no de protagonistas. Tratar de ver las situaciones pasadas desde afuera.
Al observar al pasado poniéndonos en el rol de protagonistas, revivimos todas esas sensaciones , y las traemos al presente. De esta forma, estamos respondiendo a situaciones presentes con sentimientos que vienen de situaciones pasadas.
Lo que hacemos es tratar de buscar en el pasado hechos que justifiquen nuestras actitudes ante determinadas situaciones. Buscamos excusas para justificar la culpabilidad del otro, y no aceptar la propia.
Creemos que por cada situación, siempre debe haber uno que tiene razón y otro que no.
Nosotros no somos nuestra personalidad, no somos nuestro ego.
Somos Esencia Divina, partes de un Todo que es Amor.
Al ser parte de ese Amor Divino, no debemos permitir entrar a la culpabilidad a nuestro presente.
Tenemos que entender que la Verdad es una sola, y compartida.
Nadie puede ser dueño absoluto de la Verdad.
Debemos aprender a vivir cada momento como si fuera el único que existiera, sin pensar en pasado ni en futuro. Aprovechar este instante eterno.
Reaccionar ante cada instante sólo con Amor Incondicional, Amor Eterno, Amor Divino...
Borremos nuestro pasado con una oleada de Amor y de agradecimiento hacia Dios, y comenzemos a vivir pensando en este instante.
Que Dios nos siga bendiciendo con SU AMOR...
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